martes, 11 de agosto de 2009

Grafitti en Aire

La lata de aerosol debe estar vacía, no se te olvide, porque si tiene pintura adentro entonces, ¿ de dónde va a salir la luz? Ponte la máscara antes de empezar a pintar, porque si la luz se te mete a los pulmones te vas a ahogar. La luz debe entrar por los ojos, por eso no te dejo usar lentes, aunque al principio duela. ¡Oye! Pon atención, concéntrate que si no el mundo entero va a entrarte en los ojos y no vas a ver con claridad lo que hay en tu mente. Ahora sí, vacía tu mente, no la pongas ni en blanco.
¿Listo?
Una. Dos. ¡Tres!

Eso es, cuida los detalles que el aire es un lienzo muy quisquilloso, no se deja pintar por cualquiera, sólo por pintores de luz. En aquella esquina te faltó, la noche se va a comer esa parte si no la delineas bien. Por acá se ve débil tu diseño, saca más luz de tu mente. No dejes que el mundo invada tu diseño, hazle entender que esta obra tuya es tan parte de él como el agua y la noche. Apura ese diseño que el aire se me está escapando entre los dedos, no lo voy a poder detener mucho tiempo.
Nada mal para ser el primero, ahora ponle una gota de sangre para firmarlo.

Ya está listo.

Este grafo es tan fuerte que ni el día lo va a borrar, esa es el alma verdadera de los pintores de luz en aire.

Hombre

I.
Al principio el aire era casi líquido. El hombre dentro parecía atrapado, pero en realidad disfrutaba en absoluta calma el latir de su corazón, arrítmico al oído poco entrenado de la mayoría, pero que servía de estandarte a una sinfonía por venir, sus tonos bajos haciendo vibrar la sangre en las venas del hombre, y por extensión el espeso aire.

II.
¡Respiración! Los puños se cierran y el aire se lleva el crujir indoloro de los huesos de su mano, llevando la percusión a las orillas del mar de aire. Se abren y se cierran casi latiendo, llevando un ritmo diferente que la sangre y el corazón.

III.
Ojos abiertos. Cada pestaña manda ondas independientes por la superficie del aire, los círculos se impactan y crean un patrón, el hombre lee el lenguaje de su vida en la simetría superpuesta, habla con el movimiento del aire, ve con la música en su cabeza.

IV.
Labios separados. Los dientes se muestran, un grito silencioso crea nuevas formas en la espesa nube invisible. No articula, el cuerpo líquido se estremece, el hombre permanece inmóvil a pesar del aire en movimiento.

V.
El mundo se mueve. El aire crece y cubre el mundo.

VI.
La música explota e invade el mundo. El hombre transmite su mente al mundo. El aire lleva la música del hombre. La música lleva la mente del hombre. El mundo entiende la música del hombre. El mundo se deja llevar por el hombre. El mundo no tiene miedo porque tiene la música del hombre.

La música se acaba.
Se acaba el mundo.
Se acaba el hombre.

Respirar

La respiración fluída le devolvió la vida a la palabra.